Historia: El Pósito de La Carolina y feligresía de las Navas de Tolosa a través de su documentación 1774-1775-1776

12.11.2008 20:41

Autor: Francisco José Pérez Fernández       

0. Resumen:

El pósito fue pieza clave en las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. Con este estudio, se pretende el conocimiento de los documentos que hay en el Archivo Municipal de La Carolina referidos a las cuentas de los años 1774, 1775 y 1776 como ejemplo de gestión de esta institución cuando Pablo de Olavide era Superintendente.

 

1. Nuevas Poblaciones, Ilustración, Agricultura y Pósito:

Si hay un aspecto por el que es muy conocida la figura de Pablo de Olavide, esa es sin duda, el estar durante un periodo de su vida (1767-1776) al mando de una de las empresas más conocidas del reinado de Carlos III, la colonización de Sierra Morena, que se hizo realidad en las “Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y de Andalucía”; y eso fue gracias a que en 1767 fue nombrado Superintendente de las Nuevas Poblaciones de Andalucía entre otros cargos importantes(-1-). Entre las puntos esenciales de esta empresa (-2- Tyrakowski, 1983):

1.- Protección del Camino Real de Sevilla a Madrid en la zona de Paso de Despeñaperros contra el bandolerismo.

2.- Repoblación de comarcas deshabitadas en la Sierra y en el borde de la Sierra con varios cientos de colonos alemanes y flamencos, algunos suizos y muchos españoles.

3.- Explotación del espacio colonizado por medio de una combinación de agricultura, ganadería y manufactura. Donde fuere posible, debería de realizarse el riego de los campos mediante norias.

 

En lo relativo a nuestro estudio, es de resaltar el 3 punto, que destaca como desde el comienzo de la empresa colonizadora, uno de los puntos más importantes fue la agricultura.

Foto: Antiguo Pósito (posteriormente Carnicería Santos)

 

No hay que olvidar, que en esta época Olavide escribe su Informe sobre la Ley de Reforma Agraria o Proyecto de Reforma Agraria para Andalucía que publica en Sevilla en 1768,  y sin duda, la Nuevas Poblaciones se convertirán en el ámbito ideal para realizar su reforma de la agricultura; esto queda reflejado con la lectura del Fuero de las Nuevas Poblaciones (-3-), que aunque se le atribuye a Campomanes, la influencia o colaboración de Olavide se deja sentir en muchos de sus articulados. En este sentido, son de resaltar las palabras de Antonio Merchán(-4[pf1] - 1996) sobre la concepción de Olavide en lo relativo a la agricultura: «[...]de ahí que el desarrollo económico o producción de riqueza que se obtiene de la tierra lo entienda como un objetivo que sólo tiene sentido si se reparte, lo cual, le imprime a sus planteamientos un fuerte sentido social.».

En este contexto, tiene sentido las actuaciones de Olavide en referencia a los colonos de las Nuevas Poblaciones, y su asistencia desde lo más básico: los colonos recibieron una suerte (50 fanegas o unas 33 hac.), con su casa o su cortijo, una cerda para criar, seis gallinas y un gallo, veinte fanegas de trigo, seis de cebada, un azadón, una azada, un arado y dos rejas(-5-); además de una serie de servicios sociales y asistenciales: un gran hospital en la Venta de Linares (-6[pf2] -), la maquinaria agrícola más avanzada, industrias para realizar manufacturas con las materias primas de la zona, instrucción moral y religiosa desde las iglesias, escuelas de primeras letras, teatros, mercado bien suministrado, cuidado por la moda, etc. todo lo que haga falta para crear ese sueño ilustrado de una «comunidad campesina ideal», y que sin duda, Olavide por su inteligencia y sobre todo por su tesón, hubiera estado próximo a conseguir, por lo menos en la Capital, si la Inquisición no hubiera truncado sus trabajos en 1776.

Foto: Plano de La Carolina de 1882

Como ejemplo, en 1774, según nos dice el Doctor Manuel Capel, La Carolina se abastecía gracias a Olavide de lo último en tecnología(-7-): «[...]mi director de Agricultura en Sierra Morena, don Antonio Capmany, en la que anunciaba la inminente arribada de las familias catalanas, que habíamos contratado, para la introducción de moderna maquinaria agrícola e industrial: nuevos arados y telares Vauçanson para fabricar la ropa de las tropas acantonadas en estos lugares.».

Al fin y al cabo, bajo el mandato de Olavide, se introdujeron nuevos cultivos, modernas técnicas e industrias: siembra de lino y de cáñamo, moreras para el cultivo de la seda, dos fabricas de paños y una de seda, fábricas de aceite y de jabón, tenerías, alfares, se promovió la artesanía, etc.

Y es aquí, donde situamos nuestro trabajo, en la importancia que tuvo la agricultura y en particular el Pósito en el proyecto de colonización. De este punto, se deduce, el especial interés, control y cuidado que dieron Olavide, y sus subdelegados(-8-) a esta institución agraria, que era más que un “mero almacén” de grano.  

Entre las funciones de los pósitos encontramos (-9- García Cano, 1983):

 

a) almacén de grano.

b) préstamo de grano para la siembra (se reintegraban las cantidades prestadas incrementadas con las “creces”, que solían ser de medio celemín por fanega).

c) En época de escarda o barbechera, podían prestar a los labradores trigo o dinero.

d) Facilitar pan cuando este escaseaba y los precios eran elevados.

 

Así, el destino del pósito no era solo económico, sino que cumplía una gran función social que fue potenciada por los ilustrados desde el primer momento en las Nuevas Poblaciones: “aliviaba los efectos de los años de malas cosechas”.

De esta enumeración de funciones que observamos, nosotros añadiríamos otra:

 

e) Institución didáctica, dado que era utilizada por los gobernantes ilustrados para difundir órdenes y técnicas para mejorar las cosechas de los colonos.

 

En este sentido y como ejemplo, resaltamos y una carta fechada en La Carolina a 31 de octubre de 1774 (-10-), en la que Miguel de Ondeanos, da instrucciones a Don Luis de Herrera, Alcalde Mayor de La Carolina y Juez Presidente de la Junta del Pósito, para que aplique una instrucción extraordinaria con motivo del repartimiento de grano para la siembra de la cosecha del año que sigue 1775. Por la que debido a que los colonos todavía no conocen bien las nuevas técnicas de barbecho, se den excepciones para el repartimiento de granos aunque no cumplan el artículo sobre barbechos (Art. 13 del Reglamento del Pósito). Además, de explicar al Alcalde Mayor como deben distribuir los granos, de esta carta podemos deducir, que las autoridades tenían un gran control de lo que se sembraba:

 

« [...]aprovechando la feliz coyuntura del tiempo actual, debe la Junta de Posito empezar la distribución de granos dando principio aora el zenteno y zevada, y acabados de distribuir estas especies se procederá a la del trigo, todo por el método que prescribe la Instrucción.».

 

Esta instrucción tendrá validez solo para las familias que hayan dado su medio Diezmo (-11-) (no para las que no o hayan dado el medio Diezmo por mucho barbecho que tengan).

De esta carta podemos interpretar varias cuestiones de importancia. La primera que en 1774, los colonos todavía no conocían bien las técnicas de barbecho y que por lo tanto, todavía necesitaban ayuda de la superintendencia para sacar sus cosechas; la segunda, que desde la superintendencia se disponía de cuando y como debía de realizarse el reparto de grano para la siembra, por lo que le pósito estaba totalmente supeditado a las ordenes de la superintendencia; la tercera sería que la superintendencia ponía métodos para sancionar a los colonos que no cumplían las leyes dictadas por esta; y por último, la más importante, la total independencia de la política que se realizaba por la superintendencia en las Nuevas Poblaciones  en relación con el resto de la Corona.

 

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